Cuando la escultura hace memoria Por Marcelo Nieto

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Siempre la escultura tuvo vocación de inmortalidad y aunque lo inmortal es una categoría inadmisible, las estatuas de los faraones continúan contemplando el cambiante mundo.

 

Siempre el arte, como todo lo humano, es hijo de su tiempo, sus delicias y tempestades. Queriendo o sin querer, documenta su contemporaneidad y en esa cualidad de perdurabilidad, la escultura hace memoria.

 

También tiene la escultura un poder fulgurante: traducir en belleza el horror.

 

De eso se trata el “Monumento a los Caídos en Margarita Belén” ubicado en la ruta 11 km 1042 en Margarita Belén, que fuera declarado Monumento Provincial y Patrimonio Histórico Cultural de la provincia del Chaco.

El monumento a los caídos en Margarita Belén, una obra icónica por la monumentalidad y el dramático testimonio. Levantado en el año 1997.  La lista de los nombres grabados en el cartel está encabezada por una leyenda que dice: “Homenaje a los compañeros peronistas montoneros fusilados el 13 de diciembre de 1976 por fuerzas conjuntas del Ejército, la Policía del Chaco y la colaboración de civiles, durante la dicatuda militar. Memoria y gratitud a su sacrificio por la libertad de la Patria. Brille para ellos la luz que no tiene ocaso. Todos por la Memoria, la Verdad y la Justicia”. Fotografía Gentileza: Gustavo Torres

(El mismo destino del mural “Argentina. Dolor y esperanza”, emplazado en el Aula magna de la UNNE de Resistencia de la artista Amanda Mayor de Piérola).

 

Dos obras de arte que gritan memoria, verdad y justicia.

 

El grupo escultórico “Masacre Margarita Belén, memoria para no olvidar”, de Luis Jacinto Díaz Córdoba está ubicado en el lugar donde el 13 de diciembre de 1976 se produjo un masivo asesinato. De 18 metros de largo, tiene 22 figuras que representan a cada una de las víctimas.

 

En once meses de trabajo, Díaz Córdoba preparó una estructura metálica que soporta 4 mil kilos de piedra reconstituida, lograda a través de la mezcla de marmolina y cemento. Las figuras -colocadas sobre plataformas- recrean el momento del fusilamiento.

 

La monumental obra fue emplazada en el año 1997. La lista de los nombres grabados en el cartel está encabezada por una leyenda que dice: “Homenaje a los compañeros peronistas montoneros fusilados el 13 de diciembre de 1976 por fuerzas conjuntas del Ejército, la Policía del Chaco y la colaboración de civiles, durante la dictadura militar. Memoria y gratitud a su sacrificio por la libertad de la Patria. Brille para ellos la luz que no tiene ocaso. Todos por la Memoria, la Verdad y la Justicia”.

 

Según la versión oficial de aquella larga noche del último gobierno de facto, un grupo de Montoneros intentó liberar a sus compañeros, atacando al convoy donde eran trasladados y los militares repelieron la agresión matando en el lugar a casi todos los presos políticos.

 

La investigación probó que hubo un fusilamiento masivo, seguido de un asado donde el grupo paramilitar celebró la acción.

 

El monumento honra a Ema Cabral, Delicia González, Néstor Salas, Manuel Parodi Ocampo, Patricio Tierno, Luis Barco, Luis Fransen, Carlos Duarte, Carlos Zamudio, Mario Cuevas, Fernando Piérola, Luis Díaz, Roberto Yedros, Reinaldo Zapata Soñe, Carlos Caire, Carlos Terechuck y Julio Pereyra. Cinco cuerpos no pudieron ser identificados y sólo tres familias recibieron los cuerpos a féretro cerrado.

 

Luis Jacinto nació en Balnearia, provincia de Córdoba, el 17 de julio de 1939. Desde pequeño incursionó en el arte; se graduó en San Miguel de Tucumán como Profesor de Bellas Artes. El destino quiso que ganara un premio en la provincia del Chaco y eso provocó que aquí se radicara por más de 40 años. La última parte de su vida transcurrió en Colonia Benítez.

 

De su trayectoria artística se destaca en el año 1967 en Barranqueras, la creación del Primer taller de Bellas Artes, del que fue su director. También estuvo al frente de numerosos talleres de artes, del cual fue impulsor y profesor como en Río Grande, Ushuaia y Puerto Santa Cruz.

 

Se desempeñó como director de Cultura, Turismo y Deportes de Colonia Benítez y llegó a ser intendente de la localidad donde hizo su terruño.

 

Entre sus obras más destacadas cabe mencionar la creación del Escudo de Colonia Benítez adoptado en 1983. Como así también el monumento emplazado en el acceso principal de la localidad con leyenda de autoría “Aquí nació el Chaco. Capital Botánica del Chaco”.

 

En 1996 emplazó dos obras de cinco metros de altura en Mercedes (provincia de La Pampa), simbolizando la matanza de Julio Argentino Roca, a nuestros patagones.

 

Su generosidad se patentiza en las muchas donaciones: a la escuela Nº 10 “Bernardino Rivadavia” un busto de Rivadavia; a la capilla del pueblo la escultura de un Cristo redentor; un gaucho a la entrada de su querido pueblo. Era común escucharlo decir: “Los hombres mueren, pero sus obras quedarán”. Muchos pueblos del Chaco patrimonian obra suya.

 

Según su hija Bettina, la obra diseminada en la provincia hace un total de 70, además de tenerse contabilizadas 7 en Formosa, 1 en Misiones, 5 en Corrientes, 4 en Córdoba, 2 en Santa Fe, 8 en Tierra del Fuego, 1 en Punta Arenas, Chile. Como así también en Francia, Italia, Alemania, España, Paraguay y Estados Unidos.

 

Se lo recuerda como un defensor de los derechos humanos, luchador por la igualdad y la justicia social, así como se lo recuerda en el pueblo recorriendo a caballo los campos junto al botánico Augusto Schulz. Era bohemio, pero el trabajo lo primordial en su vida.

 

Apasionado del arte y la educación artística, tuvo un compromiso militante hasta el último día de su vida.

 

Contenidos: Virgina Quirelli

Arte: Brian Ariel Dufek