De la Revolución Islámica al asesinato de Mahsa Amini: los primeros días de un país secuestrado

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Primero cayó el sah Reza Pahleví. Después, los derechos civiles. La Revolución iraní comenzó como un movimiento de resistencia civil contra un sátrapa que manejaba el país a su antojo con la connivencia del Reino Unido y de los Estados Unidos. Al pueblo se le unieron grupos seculares y religiosos dispuestos a aprovechar el caos para subirse al trono. Las manifestaciones en contra del sah comenzaron en 1977 y se intensificaron en enero de 1978, año en el que las huelgas y protestas paralizaron el país. Como consecuencia, Reza Pahleví se exilió en enero de 1979 y nombró un gobierno de excepción, el cual colapsó poco después. Fue entonces cuando tomó el mando el líder de la oposición, el ayatolá Jomeini, quien reemplazó una monarquía autoritaria por la república islámica teocrática, represora y anti occidental que aún hoy rige el país. Las siguientes líneas, extraídas de «El jardín del fin. Un viaje por el Irán de ayer y hoy» (Debate, 2011), libro de Ángela Rodicio, son una cronología detallada de la caída del último monarca persa y del auge del régimen tiránico cuyas políticas represivas -sobre todo en contra de las mujeres- vuelven a estar bajo el foco de la actualidad: el 14 de septiembre, la joven iraní Mahsa Amini fue arrestada y torturada por no usar su hiyab correctamente por la Policía de la Moral del Gobierno iraní. Dos días después, Amini murió a causa de los golpes recibidos. Su muerte prendió la mecha de una ola de protestas tanto locales como internacionales que están sacudiendo los cimientos de un régimen que está gestionando la crisis como (casi) siempre lo ha hecho: con violencia.

20 minutos

Por  Ángela Rodicio

Nueva York. 21 de septiembre de 2022. Cartel con la cara de Mahsa Amini, la joven iraní asesinada bajo custodia policial por presuntamente violar las reglas del hijab de su país. La muerte de Amini ha provocado protestas en Irán y en otros muchos países. Esta imagen fue tomada frente al edificio de las Naciones Unidas en el transcurso de una manifestación contra el presidente iraní Ebrahim Raisi. Crédito: Getty Images.

1979

La cuenta atrás de la Revolución Islámica había empezado años atrás aunque, desde enero de 1979, había tomado velocidad de crucero.

2 de enero. Jomeini acababa de llegar a su exilio de París desde Nayaf. Ese mismo día, en Beverly Hills (California), quinientos estudiantes iraníes y norteamericanos atacaban la casa de la hermana mayor del shah, Shams, y de su madre, Tal al-Moluk, que se habían ido de Irán unas semanas antes.

3 de enero. El nuevo primer ministro de Irán, Shahpour Bajtiar, se oponía a la venta de petróleo a Israel y Sudáfrica. El shah había pedido a Bajtiar que formara un nuevo gobierno el 29 de diciembre anterior. La programada visita real de la reina de Inglaterra era cancelada respondiendo al mensaje del shah y la shahbanú de que «en las presentes circunstancias» no podrían ejercer de anfitriones.

4 de enero. El Frente Nacional, del que Bajtiar es número dos, hace público un comunicado en el que manifiesta que la aceptación de Bajtiar del cargo de primer ministro bajo el shah no es sino «una traición a nuestra causa».

6 de enero. Más de cien mil personas se manifiestan contra Bajtiar en Qom. Cuando el gobierno anuncia que se levantaría la censura y se reducirían las horas del toque de queda, Jomeini proclama que obedecer a la nueva administración equivaldría a «obedecer a Satán».

8 de enero. Los peores disturbios de la historia de Irán. El día antes la policía había abierto fuego contra los manifestantes en Teherán. En Tabriz se incendian edificios y en Teherán hay enfrentamientos con las fuerzas del orden. En el sur de Teherán dos afganos son acusados de robo y ahorcados por la multitud. En Qazvin hay protestas y en Isfaján, medio millón de personas protestan contra el shah.

11 y 12 de enero. En Shiraz, la multitud incendia los edificios de la Organización de la Seguridad y la Inteligencia Nacional, SAVAK, y mueren al menos 14 personas. El 13, las manifestaciones son pacíficas, buscando la confraternización al poner flores en los cañones de las armas. La tribu de los Bajtiari, a la que pertenece Bajtiar, declara que apoya a Jomeini.

13 de enero. El gobierno anuncia la formación de un consejo de regencia de nueve miembros bajo Jalaledín Tehrani, un ex ministro destacado por su lealtad al shah. El mismo día Jomeini informa de que ha formado a su vez un Consejo de la Revolución Islámica que sirva como gobierno de transición para reemplazar a Bajtiar. Jomeini dice que no participará en el gobierno pero que será su «guía general».

14 de enero. Un ciudadano norteamericano, Martin Berkowitz, ex coronel y jefe de una compañía de construcción en Irán, es encontrado muerto en su casa de Kermán. En la pared, una leyenda: «Vuelve a tu país».

16 de enero. El shah, acompañado por la emperatriz Farah, sale del país con rumbo a Aswan en Egipto, de camino a Estados Unidos. El shah se iba de «vacaciones» para recibir «tratamiento médico», aunque muchos vieran su partida directamente como un exilio. Fueron recibidos por el presidente Sadat con todos los honores. Los tres hijos menores del shah habían viajado a Estados Unidos el día antes. Según Jehan Sadat, la viuda de Sadat, el shah le dijo a su marido que Estados Unidos le había obligado a marcharse. Antes de irse, el shah declaró que esperaba que el gobierno de Bajtiar «será capaz de superar el pasado y poner las bases para el futuro». Desde París, Jomeini felicita a sus seguidores por haber forzado la huida del shah. Hace un llamamiento a las fuerzas armadas para que impidan el desmantelamiento de material militar sofisticado; que un gobierno islámico tomará acciones legales para recuperar el dinero llevado al extranjero por la familia real, y llama a la reanudación de las clases en la universidad.

17 de enero. Jomeini pide la vuelta del shah para ser juzgado y castigado porque «ha huido con las manos manchadas de sangre, y los bolsillos llenos de dinero robado».

Un viaje por la historia de Persia

El jardín del fin

Ángela Rodicio

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18 de enero. La CIA, Agencia Central de Inteligencia, anuncia que cierra su oficina principal en Irán, pero que otra, todavía más importante, sigue funcionando. Dice que sus equipos sólo tenían como finalidad monitorear los vuelos y los misiles soviéticos.

22 de enero. El shah y la emperatriz Farah dejan Egipto por Marruecos. El rey Hasan los recibe en el aeropuerto de Marrakech pero sin los honores acordados con Sadat.

23 de enero. El shah cancela su viaje a Estados Unidos. Aunque el Departamento de Estado declara que sería bienvenido, el embajador en Marruecos, Richard Parker, le hace desistir.

24 de enero. El Consejo Nacional de Seguridad de Irán ordena el cierre de todos los aeropuertos hasta el 28 para prevenir el regreso de Jomeini. Decenas de miles de seguidores protestan por la medida. Los enfrentamientos son más violentos.

1 de febrero. Jomeini regresa a Irán triunfante. Tres millones de personas le esperan. Tantos que, en el último tramo de su desplazamiento al cementerio Behesht-e-Zahra, tiene que ser trasladado en helicóptero.

En el cementerio denuncia el régimen de Mohamed Reza y el de su padre Reza como ilegales, y dice que «callará la boca» del primer ministro y su gabinete si no dimiten. Pide al ejército que se una a la Revolución.

Poco se sabe de los primeros años de vida de Jomeini. Su fecha de nacimiento se cree fue en mayo de 1900, en el pueblo de Jomeini, cerca de la ciudad santa de Qom. Hijo y nieto de mulás, líderes religiosos chiítas, su padre fue asesinado por un terrateniente cuando él tenía cinco meses. Algo que le une al otro gran revolucionario del siglo xx, Lenin, cuyo hermano mayor, que hacía las funciones de padre, fue eliminado por la policía zarista. Tanto uno como otro se propondrían acabar con dos sistemas odiados, sin dudar en hacer uso de sus mismos instrumentos represores para consolidarse en el poder. Jomeini, que tomaría el nombre de su pueblo, abandonando el familiar Musawi, fue criado por su madre, luego por una tía, y finalmente por su hermano mayor. Se educó en varias escuelas religiosas hasta que se estableció en Qom en 1922. Como profesor y autor de varios tratados sobre ética, leyes y filosofía islámica, no tenía reparos en criticar públicamente las políticas del shah, denunciando sus influencias occidentales. En 1963 se había opuesto a la Revolución Blanca del shah. Los disturbios antigubernamentales que siguieron, le llevaron al exilio en Iraq, y de allí a París.

1 de febrero de 1979. Jomeini regresa a Irán triunfante. Tres millones de personas le esperan. Tantos que, en el último tramo de su desplazamiento al cementerio Behesht-e-Zahra, tiene que ser trasladado en helicóptero.

4 de febrero. El Departamento de Defensa informa de que Irán ha cancelado 700 millones de los 1.500 en armas que había ordenado el shah de Estados Unidos.

5 de febrero. Jomeini anuncia que ha nombrado un nuevo primer ministro, Mehdi Bazargán, para liderar un gobierno provisional. Al día siguiente, el embajador norteamericano ante la ONU alaba a Jomeini, llamando al Islam «una fuerza cultural vibrante en el mundo de hoy».

9 de febrero. Homafar, los técnicos de las fuerzas aéreas de la base de Doshan Tappeh, al este de Teherán, se rebelan a favor de Jomeini. Los guardias imperiales, Javidan, no consiguen reducirlos. A su regreso, los civiles han levantado barricadas y se lo impiden usando cócteles Molotov.

10 de febrero. Jomeini pide que se ignore el toque de queda. Con las armas obtenidas en la base de Doshan Tappeh, la gente abate otras bases militares y estaciones de policía dentro y fuera de Teherán. Los mandos del ejército deciden que el único modo de preservar la calma es llamar a sus cuarteles a todos los soldados y policías, y declararse neutrales. Demasiado tarde: el aeropuerto ya ha sido tomado. Al mediodía del 12, el palacio del shah también había caído.

13 de febrero. Una extraña calma se había extendido por Teherán y el resto de las ciudades iraníes. Miembros del régimen del shah, como el ex jefe de la SAVAK, Nemotolá Nasiri, y el jefe de gabinete, Amir Abas Hoveyda, son conducidos al cuartel general de Jomeini, una vieja escuela, a la espera de ser juzgados.

14 de febrero. Es atacada la embajada de Estados Unidos. Su embajador, William Sullivan, ve cómo le amenazan con un cuchillo en la garganta. Después se van. Los revolucionarios toman la televisión y la central eléctrica de la capital.

15 de febrero. Nasiri y tres más se convierten en las primeras víctimas de lo que iba a ser una serie de juicios sumarísimos seguidos de ejecución, hasta un total de unas seiscientas —no todas políticas— en los primeros seis meses del año. Los revolucionarios moderados piden clemencia; los radicales, venganza.

5 de marzo. Jomeini ordena la formación de la Guardia Revolucionaria, Pasdarán, que debía combinar las funciones del ejército y la policía con el sentido religioso, con el fin de apoyar movimientos de liberación más allá de las fronteras de Irán. Unos diez mil miembros permanentes, y más de cien mil reservistas.

26 de marzo. En el jardín de la Casa Blanca en Washington, Egipto e Israel firman los Acuerdos de Paz de Camp David, en presencia del presidente Jimmy Carter. Denunciados por la Liga Árabe como una capitulación, los estados árabes cortan relaciones diplomáticas con Egipto, y el cuartel general de la Liga Árabe se traslada de El Cairo a Túnez.

30 de marzo. El shah y la emperatriz Farah abandonan Marruecos, escenario de protestas contra su presencia, y viajan a Bahamas.

1 de abril. El referéndum en Irán declara la República Islámica basada en una Constitución islámica, con un sistema parlamentario inspirado en el presidencial francés. Una diferencia clave es que se garantiza la autoridad última a un líder espiritual elegido de forma colegiada: una guía, Velayat-e-Faqih, el fideicomisario y jurisconsulto, Jomeini, de forma vitalicia, hasta su muerte o incapacitación. El concepto está basado en la creencia chiíta de que, en ausencia del Duodécimo Imán, es el deber de los clérigos establecer un sistema justo para hacer cumplir las leyes islámicas.

Mayo. Árabes de la provincia iraní de Juzestán, al sudeste de Irán, piden autonomía por las calles y se enfrentan a las tropas del gobierno en Jorramsar. También hay levantamientos en las zonas kurdas del norte de Irán.

10 de junio. El ex shah y la emperatriz llegan a México procedentes de Bahamas después de que el gobierno de aquel país les diera un visado de seis meses. El gobierno de Teherán pide a Estados Unidos que no les permita la entrada.

11 de junio. El ayatolá Mohamed Baqer al-Sáder, líder espiritual de los chiítas iraquíes, bajo arresto domiciliario en Iraq. Sáder era un crítico furibundo del partido Baz en Iraq. Desde la Revolución en Irán había pedido el levantamiento en Iraq.

23 de octubre. El shah en el exilio vuela de México a Estados Unidos para serle extirpada su vesícula. Padece un cáncer linfático. Según el diario de Alam, el shah ya llevaba años en tratamiento tras dar con la rara forma de su enfermedad. En Teherán, el conocido como «juez carnicero», el ayatolá Jaljalí, hace un llamamiento para que los musulmanes lo saquen de su cama del hospital y lo descuarticen.

30 de octubre. Iraq exige la revisión del Tratado de Argelia de 1975 en el que se establece la frontera entre Irán e Iraq por tierra, y en el estuario de Chatt El-Arab desde la thalweg, o punto más profundo de las aguas entre ambos países.

18 de abril de 1980. El ayatolá Jomeini ordena el ataque a las universidades. Los del ala dura tienen luz verde para hacer una purga en ellas de todos los profesores representantes de izquierdas.

4 de noviembre. Estudiantes iraníes entran en la embajada norteamericana en Teherán, tomando como rehenes a 62 ciudadanos norteamericanos y a 36 de otras nacionalidades. La señal para la denominada Segunda Revolución. Es la respuesta a la interferencia de Estados Unidos y a su decisión de acoger al shah para su tratamiento. Para algunos analistas, como Petrossian en la Enciclopedia de Cambridge de Oriente Medio y el Norte de África, se trataba de un hecho orientado hacia las fuerzas prooccidentales en Irán hostiles a las aspiraciones religiosas y culturales de los iraníes, que buscaban renovar las relaciones con Estados Unidos. Esto, según él, quedó patente en el encuentro que había tenido lugar en Argelia dos días antes entre el presidente iraní, Mahdi Bazargán, y el Secretario de Defensa de Carter, Zbigniew Brzezinski, próximo al shah y partidario de la mano dura contra los revolucionarios.

Imágenes de Bazargán y el primer ministro iraní, Ibrahim Yazdi, estrechándose las manos con los representantes de Estados Unidos, el mayor símbolo de enemistad de la Revolución, habían provocado la repulsión generalizada. Como Bazargán contaba con el apoyo de Jomeini, el ala dura del régimen atacó el objetivo más directo, la embajada de Estados Unidos. El 17 de noviembre, Jomeini ordenó la liberación de mujeres y negros.

La teoría de Vahe Petrossian también es compartida por el mayor experto de ese episodio histórico sin precedentes, Mark Bowden.

5 de noviembre. Irán cancela el Tratado de Cooperación Militar de 1957 con Estados Unidos.

6 de noviembre. El primer ministro Bazargán y todo su gabinete dimiten y pasan el relevo al Consejo Islámico Revolucionario, verdadero gobierno en la sombra.

9 de noviembre. Estados Unidos cancela el envío de 300 millones de dólares en piezas de recambio compradas por Irán.

2 de diciembre. Se aprueba en referéndum la nueva Constitución Islámica de Irán.

15 de diciembre. Después de haber rechazado su regreso a México, Mohamed Reza y Farah Diba recalan en el Panamá del ex general Omar Torrijos. Como respuesta, Jomeini anuncia que los 52 rehenes norteamericanos serán juzgados como espías por cortes revolucionarias a menos que no se extradite al shah. Éste vive en Panamá bajo arresto domiciliario.

22 de diciembre. Es declarado el estado de emergencia en la provincia iraní de Baluchistán tras rebeliones locales contra el gobierno central.

  1. El ayatolá Jomeini saluda a una multitud de simpatizantes entusiastas a su regreso a Teherán tras pasar años exiliado. Crédito: Getty Images.

1980

4 de enero. El Secretario General de la ONU, Kurt Waldheim, pone fin prematuramente a su visita a Irán cuando no se le deja visitar a los rehenes.

11 de enero. La Guardia Revolucionaria asalta el cuartel general del Partido Republicano Musulmán del Pueblo en Tabriz, arguyendo que servía de base a «alborotadores». En la consiguiente batalla, 4 personas mueren y 25 miembros del partido son encarcelados. El 12, once son ejecutados, desatando una vez más la violencia. El ayatolá Shariatmadari, inspirador moral de los «rebeldes», estaba en desacuerdo con Jomeini sobre la cuestión de Velayat-e-Faqih, que en la práctica suponía el poder absoluto para Jomeini. Además, había dicho que los clérigos no debían gobernar el país.

25 de enero. Abul Hasan Bani Sáder se convierte en el primer presidente legítimo del Irán posrevolucionario. Un economista islámico desconocido, había pasado en Francia los quince años anteriores a la Revolución. El 75 por ciento de los iraníes le votaron.

Moderno, de cuarenta y seis años, las expectativas eran amplias por parte de la clase media, los seculares y, sobre todo, la organización de los Muyajidines Al-Jalq, la guerrilla que había luchado contra el shah desde finales de los años sesenta. Su líder era Masoud Rajavi.

Bani Sáder veía a Jomeini como a un padre, y éste a él como a un hijo. Los ensayos de Bani Sáder se centraban en el concepto de taamin-e-imamat, el imanato general, por el que todos los musulmanes comparten el liderazgo religioso. Para él, los clérigos también debían estar supeditadosal estado. El líder del Partido Republicano Islámico, el ayatolá Bejesti, había prevenido sobre el peligro «liberal» que representaba Bani Sáder.

7 de febrero. Bani Sáder es nombrado jefe del Consejo Revolucionario Islámico de Irán, con todos sus poderes. Jomeini se decidía así, al menos de forma temporal, en la disputa entre los progresistas y los radicales de derechas dentro del régimen. Bani Sáder personificaba a todos los partidarios de que los religiosos volvieran a las mezquitas y dejaran el gobierno del país en manos de tecnócratas expertos y políticos profesionales educados en Occidente. Bani Sáder había conseguido del Consejo que se negara el acceso a la radio y la televisión de los estudiantes que mantenían rehenes a los diplomáticos norteamericanos.

Jomeini pondría en manos de Bani Sáder la cúpula de poder y el mando de las fuerzas armadas.

11 de febrero. Jomeini, marcando el primer aniversario de la Revolución, anuncia el posible restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Sin hacer ninguna mención a la extradición del shah. Al día siguiente, en una entrevista con el diario Le Monde, Sáder declaraba que bastaba con que Estados Unidos admitiera su culpabilidad en el golpe de 1953, en el que la CIA había derrocado a Mossadegh, y la promesa de no volver a interferir en sus asuntos internos. Además, pedía la devolución de la fortuna del shah.

24 de febrero. Una comisión auspiciada por la ONU comienza en Teherán su investigación sobre las quejas al shah y a Estados Unidos. Está compuesta por cinco juristas internacionales.

20 de marzo. En su discurso de Año Nuevo, Jomeini llama a los iraníes para que consoliden el «año de la restauración y el orden de la seguridad». Pide que los juzgados revolucionarios se fundan con los tribunales regulares. El ayatolá Mohamed Bejesti, primer juez de la Corte Suprema, y el ayatolá Musaví Ardabili, procurador general, están de acuerdo con la integración que al final les dará mayor poder. Los observadores cada vez son más conscientes de que los bandazos de Jomeini al final permiten que una miríada de políticos y posiciones pueden reclamar estar hablando en su nombre.

23 de marzo. El exiliado shah deja Panamá y vuelve a El Cairo horas antes de que Irán haga llegar a Torrijos una petición formal de extradición.

7 de abril. Carter anuncia medidas punitivas contra Irán. Ruptura de relaciones diplomáticas. Prohibición de exportaciones, excepto de alimentos y medicinas. Confiscación de los fondos, congelados, de Irán en Estados Unidos, y cancelación de los visados de entrada. Apunta que tal vez la militar sea la única opción para liberar a los rehenes.

18 de abril. El ayatolá Jomeini ordena el ataque a las universidades. Los del ala dura tienen luz verde para hacer una purga en ellas de todos los profesores representantes de izquierdas. El 22, Bani Sáder en persona marcha sobre la Universidad Central de Teherán. Un pulso que acaba con todas cerradas durante dos años.

3 de julio de 1980. En Kermán, a dos mujeres de mediana edad se las declara culpables de prostitución y dos hombres son condenados por ofensas sexuales. Todos fueron lapidados, vestidos de blanco, enterrados: los hombres hasta el pecho y las mujeres hasta las rodillas. El juez de la corte islámica que les había juzgado tiró la primera piedra.

24 de abril. Estados Unidos lanza una operación militar, «Garras de Águila», para liberar a los rehenes. Seis aviones C-130 de transporte de tropas y ocho helicópteros Sikorsky RH-53D aterrizaron en el desierto al oeste de Tabas, cerca de Mashad. Sin embargo, con tres de los helicópteros inutilizados por una tormenta de arena, y otro destruido al chocar con un avión, la misión fue un fiasco. Sobre el terreno, documentos relativos a la organización del intento de rescate. Tres días después, el ayatolá Jaljalí dio una rueda de prensa en la embajada mostrando los miembros calcinados de los ocho americanos muertos. «Horrible exhibición de inhumanidad», fue el comentario de la Casa Blanca.

Sospechas de que Estados Unidos había recibido ayuda por parte de oficiales iraníes llevó a purgas pavorosas dentro de las fuerzas armadas. Los rehenes fueron dispersados en dieciséis grupos.

20 de mayo. Doscientas personas son condenadas por Jaljalí y ejecutadas por consumir drogas. Esta campaña se generalizó a crímenes declarados por los tribunales islámicos.

3 de julio. En Kermán, a dos mujeres de mediana edad se las declara culpables de prostitución y dos hombres son condenados por ofensas sexuales. Todos fueron lapidados, vestidos de blanco, enterrados: los hombres hasta el pecho y las mujeres hasta las rodillas. El juez de la corte islámica que les había juzgado tiró la primera piedra.

El mismo Jaljalí presidió en Teherán la muerte de siete drogadictos en el paredón de una calle del centro.

20 de julio. Hashemi Rafsanyani es elegido presidente del Parlamento.

27 de julio. Muere el shah en El Cairo. Es enterrado en un mausoleo con un funeral de Estado, sin la presencia de dignatarios extranjeros que el presidente egipcio Sadat se abstuvo de invitar para no enemistarles con el régimen de los ayatolás.

29 de julio. Dos generales, el ex comandante de las fuerzas aéreas Said Mahdiyun y el comandante Ahmad Mohaqeqi, junto con otros trescientos oficiales y soldados del ejército de aire de la base de Hor, en la ciudad de Hamadán, son arrestados acusados de conspirar para derrocar al gobierno. Antes de que acabara el juicio, 140 de los arrestados habían sido ya ejecutados. Es el reflejo de la lucha de poder entre el presidente Bani Sáder y el ejército profesional, por una parte, y el Partido Republicano Islámico y la Guardia Revolucionaria, por otra. Jomeini le dijo a Bani Sáder que «el ejército lleva la sangre del shah en el cuerpo».

8 de agosto. El candidato del Partido Republicano Islámico, Alí Rajai, es impuesto como primer ministro al presidente Bani Sáder, que le califica de incompetente. No le acepta la mayor parte de los nombramientos y deja el gabinete prácticamente vacante.

22 de septiembre. Iraq invade Irán por ocho puntos diferentes y bombardea diez bases aéreas. Comienza una guerra atroz que duraría casi una década, de 1980 a 1988.