El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, anticipó la idea que tiene el Gobierno.
El pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) se convirtió en un paliativo para que millones de argentinos puedan sobrellevar la crisis económica que potenció la pandemia de coronavirus. Por ese motivo, el Gobierno nacional ya piensa en la ingeniería para darle continuidad al subsidio, pero con otro nombre que podría ser «renta básica universal» o «renta básica ciudadana» según palabras del ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo.
«Antes de la pandemia la Argentina tenía 40% de pobreza general, 50% de pobreza en los niños, 40% de trabajo informal y 8 millones de personas que reciben asistencia alimentaria. Antes de la pandemia estábamos con esta situación crítica. Es evidente que este contexto se ha complicado, que está aumentando la pobreza, que está creciendo la desocupación y que hoy son 11 las millones de personas que reciben asistencia alimentaria. Pasamos de 8 a 11 millones en los últimos 60, 90 días», dijo ante un auditorio virtual de sindicalistas y académicos frente a los que admitió que su cartera ya gastó el 120% del presupuesto que había estimado para este año.
«No hay manera de ponerle un piso a la caída social y de empezar a reconstruir si no generamos una renta básica. Ahora, esa renta básica, que es la reconversión de mucho de lo que se está haciendo no va a resolver el problema si no tenemos el eje puesto en el trabajo. Y un siguiente eje puesto en el acceso a servicios esenciales», agregó Arroyo.
Según publicó Infobae, hay cuestiones fiscales en el medio, hay dificultades económicas, hay un esfuerzo claro de que el Estado ya ha puesto casi 3 puntos del producto (…) Pero primero está el concepto y después lo fiscal.
Para Arroyo, la aplicación de un programa de estas características debería apuntar al consenso y, para ello, tiene que estar asociado a la generación de trabajo. «El ingreso base universal requiere consenso y un acuerdo fiscal y pensar mecanismos de financiamiento en términos de una reforma impositiva (…) Está claro que el día uno no va a ser universal, pero es construir un proceso, un camino. Reconvertir el IFE y los planes sociales en un mecanismo que establezca un criterio para llegar realmente a un ingreso de base que esté muy asociado al trabajo y la capacitación», agregó.
«Hay cuestiones fiscales en el medio, hay dificultades económicas, hay un esfuerzo claro de que el Estado ya ha puesto casi 3 puntos del producto (…) Pero primero está el concepto y después lo fiscal. Si hay algo de bueno que tiene la pandemia es que nos exige y nos obliga a hacer cambios estructurales que hace rato necesita la Argentina. No salimos de verdad con un pequeño programa, con una línea de trabajo, con un proyectito», añadió.
«Lo hacemos rápido, ahora, o no damos vuelta la situación social», concluyó