El Pacto Social: Un desafío para el nuevo gobierno Por Ricardo Sebastian Gomez

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Estamos ante nuevas elecciones y es necesario que el próximo gobierno esté dispuesto a llevar adelante un pacto social que tenga como principal objetivo, en lo inmediato, combatir el hambre y en el corto plazo combatir la pobreza estructural de muchas familias, desde hace generaciones.

Desde esta óptica creo que no se pueden repetir recetas del pasado, que hacen faltas nuevas ideas, gobiernos compuestos por gente formada pero que también tengan una alta sensibilidad social. Somos ricos en soja, petróleo, minería y carnes; sin embargo, eso deja afuera a 20 millones de compatriotas.
Ese pacto social debe ser con actores que estén dispuestos a combatir el hambre y la pobreza.

En este sentido, a nivel nacional, creo que Alberto Fernández expresa esa necesidad de los diferentes sectores de la sociedad de articular una respuesta que enfrente las consecuencias de ser gobernados por el neoliberalismo.

En la política ya no existe una mayoría social uniforme, sino una serie de sectores que demandan soluciones. En esta época donde se van perdiendo ciertas tradiciones el primer gran desafío del nuevo gobierno será que ese pacto social pueda empezar a resolver las múltiples demandas que provienen de los múltiples sectores.
Pero, además del hambre, el otro problema a resolver es el del desarrollo. Ante el rotundo fracaso del gobierno de Macri, el nuevo gobierno se encontrará con una crisis económica y social y ante una sociedad que exigirá prontas respuestas para remontar el barrilete. Imaginar nuevos caminos y encontrar respuestas a problemas que son recurrentes.

No hay soluciones mágicas. Será necesario crear un mapa para comenzar a rodar los engranajes de las economías regionales; y eso debe ser en conjunto entre el Estado, el sector privado, los consorcios rurales y las cooperativas; resolver los problemas de infraestructuras y que la tecnología llegue, definitivamente. Para esto es necesario que el Municipio, la provincia y el Nación compartan el mismo proyecto político.
La comida no puede seguir siendo tan cara. Todos los sectores que compongan este pacto social deben converger en el punto de que todos deben acceder a la alimentación; eso no puede estar en discusión.

Los problemas de alimentación causan un daño irreversible en nuestro niños y adolescentes. Es necesario fortalecer la economía social, a los pequeños y medianos productores que son quienes producen el alimento que consumimos. Hay que facilitar el acceso al crédito con tasas bajas y pensar en estrategias innovadoras que estimulen mecanismo de producción y consumo.

Defender la industria, la construcción, el turismo que son sectores que generan trabajo genuino. Cuando la gente tiene trabajo, consume; y si la gente consume la economía de los comercios prospera. Es todo un engranaje que debe estar muy bien aceitado. Es hora de dejar atrás las grietas partidarias y crear espacios políticos que estén comprometidos; que sus dirigentes estén formados y que estén dispuestos a lograr acuerdos básicos para el país, la provincia y el municipio que queremos.