La maratonista Marcela Gómez, oriunda de Tres Isletas, palpita lo que serán los Juegos Olímpicos de Japón, reprogramados para 2021. Radicada definitivamente en Brasil, la atleta chaqueña decidió representar a la Argentina en la máxima cita del deporte por un fuerte sentido de pertenencia. Pidió apoyar a las disciplinas no tradicionales ya que, consideró, el interior «es un semillero de talento inagotable».
La maratonista chaqueña, Marcela Cristina Gómez, se ilusiona con lograr el récord sudamericano en Tokio 2021.
La pandemia por coronavirus que mantiene al mundo en vilo, trastocó el desarrollo de un sinnúmero de actividades que van desde las deportivas hasta las económicas y sociales a largo y ancho del planisferio. El deporte no fue la excepción, pero para los atletas de las disciplinas comprendidas en los Juegos Olímpicos, el impacto fue especialmente fuerte ya que obligó a posponer la gran cita que estaba pauta para este año en Tokio.
Con la meta literalmente corrida y la clasificación en el bolsillo, la maratonista chaqueña Marcela Cristina Gómez contó en una entrevista con Radio Provincia cómo transcurren sus días, con miras a lo que es el desafío más grande de su carrera. «No quiero ir a Tokio para sacarme una foto y decir que estuve en un juego olímpico, la idea es hacer algo que quede en la historia», se ilusiona.
El palmares de la deportista oriunda de Tres Isletas invita a la ilusión: es la maratonista argentina más rápida de la historia y cuenta con el tercer mejor tiempo a nivel sudamericano. Durante sus primeros pasos, fue tricampeona provincial corriendo para la escuela, y tuvo la posibilidad de representar al Chaco en los nacionales de atletismo intercolegial y en torneos interfederaciones.
A pesar de que su carrera profesional terminó de forjarse en Brasil, Gómez cuenta con un fuerte sentido de pertenencia. «Con la marca que hice, podría elegir por qué país ir, pero soy argentina», define sin titubear.
Mantener la motivación
«Es un año atípico, no sólo para los atletas que esperábamos los juegos sino también para el mundo entero, los planes se fueron agua abajo y ahora lo que queda es tener paciencia y esperar que todo pase», reflexionó la atleta chaqueña.
Admitió que en el vecino país la situación es «complicada» y se va haciendo «cada vez peor». «No se ve la luz al final de túnel pero es importante esperar y tener paciencia», propone sin perder la calma. Argentina tiene 144 clasificados para la gran cita, e incluso algunos exponentes de deporte nacional han dejado entrever la posibilidad de no concurrir habida cuenta de las dificultades para entrenar que han tenido.
En cambio, Gómez remarcó que desde hace un mes puede salir a entrenar al aire libre, pero destacó que aún así la situación es atípica: «Es como que uno está entrenando sin un objetivo y sin una fecha específica, de hecho no tenemos eventos confirmados para este año», describe. «La motivación es muy baja y eso pesa mucho psicológicamente, en ese sentido se entiende lo que dicen algunos atletas que analizan si participar o no de los juegos», indicó.
Superar obstáculos
El Estado de Paraná no estuvo exento de casos e incluso registró algunas víctimas fatales, pero así y todo con el transcurrir del tiempo se fueron habilitando algunas actividades. Gómez vive en la región metropolitana de Maringá, que es la más poblada, pero también un lugar propicio para su disciplina, ya que puede salir correr afuera de la ciudad, en caminos rurales y las salidas a las rutas donde no hay aglomeraciones de gente. «Otra cosa es ejercitarte en parques y plaza donde hay que usar tapabocas y respetar horarios; es decir, cumplir con algunas pautas más rigurosas», detalló.
Según relata, si no hubiese ido a vivir a Brasil, probablemente no hubiese sido deportista; de hecho se convirtió en atleta profesional incentivada por su marido, que es brasileño. «Ahora, tengo el récord argentino y logré el tiempo para ir a los Juegos Olímpicos; si me hubiese quedado en la Argentina, seguiría en el interior del Chaco que es el interior del interior», analizó.
Apoyar al deporte
Gómez fue tricampeona provincial, corriendo para la escuela y tuvo la posibilidad de representar al Chaco en los nacionales de atletismo intercolegial y en torneos interfederaciones. Pero cuando terminó la edad escolar, el escenario cambió porque el apoyo para los atletas «es nulo». «Si tu familia no tiene condiciones para darte el apoyo necesario para viajar y hacerte de una estructura, no tenés como dedicarte: tenés que ir a Capital Federal o a Mar del Plata, o bien dejar el deporte», sintetizó.
La maratonista argentina lamentó que en el país no exista un proyecto serio que tenga en cuenta a los deportes «no tradicionales», ya que el interior de país «es un semillero de talentos inagotable». «En Tres Isletas había varios valores en atletismo pero pasada la edad escolar y las carreras se terminaron», dijo y añadió: «Si hubiese una política de incentivo como ocurre en los grandes países del mundo donde se puede proyectar un futuro sin dejar de dedicarse al deporte, la situación sería totalmente distinta», aseguró.
En ese sentido apuntó además que «si el deporte fuera de la mano con la educación, probablemente no saquemos un campeón olímpico, pero sí grandes ciudadanos porque incluyendo a los chicos en el deporte se los aleja de la obesidad, de las enfermedades que vienen de la mano con el sedentarismo y de las malas compañías», cerró.